Deja de ser tu propio hater, y conviértete en tu más grande fan

A muchos nos ha pasado, estás scrolleando facebook o instagram, y te encuentras con videos o fotos de lugares que quieres visitar, de cosas que te gustaría tener o experiencias que deseas vivir, y piensas:

“¡Uy no!, eso es muy caro” o peor aún, el clásico: “Bueno, esta persona nació con un don para lo que hace. Yo jamás podría.”

Este tipo de ideas o pensamientos, pueden relacionarse con nuestra tendencia a buscar la perfección, a querer que todo funcione de cabo a rabo, desde nuestro entorno y hasta nuestra propia esencia humana.

Pero no damos pie a reflexionar que, este tipo de actitud, lo único que logra, es ponernos en un trance de una autoexigencia descontrolada, en la que nuestros logros previos no son suficientes y nuestros talentos no nos alcanzan para darnos la oportunidad de actuar, para dar el primer paso por aquello que nos propongamos.

Y todas esas ideas, tienen algo en común: No son tuyas.

Bueno, si lo son, porque ya fueron procesadas a través de tu propia abstracción, tenemos la facilidad de aprenderlas, de hacerlas nuestras, además están presentes en nuestros discursos con gran convicción. Esto no quiere decir que realmente estés de acuerdo con ellas o que estén interiorizadas en tu cerebro por una razón lógica, tal vez, el hecho de acceder a ese repositorio, te incomoda y lleva a experimentar sensaciones no muy agradables de tu realidad.

De dónde vienen mis ideas

Somos animales sociales, y una de las necesidades más básicas de toda sociedad es establecer reglas; sin embargo, nuestro mundo evoluciona tan rápido, que muchas de esas reglas se vuelven obsoletas e incluso nocivas con el tiempo.

Por eso es que en la antigüedad enseñábamos a nuestros hijos a no desear “cosas difíciles”, porque durante siglos, las cosas difíciles solían tener costos tan altos como la vida misma.

En las etapas más tempranas de nuestra sociedad, pensar que había cosas imposibles, era una buena estrategia de supervivencia…

Pero ya no estamos ahí, y en nuestro acelerado e interconectado presente, la mejor estrategia de supervivencia es la capacidad de adaptarnos rápidamente a las incesantes transformaciones que nuestro mundo y sociedad experimentan todo el tiempo. 

¿Cómo lograrlo? ¿Cómo dejar de ser presas de ese látigo de aceleración donde la supervivencia ya no es suficiente?

Los expertos de la Psicología Positiva y de la Ciencia de la Felicidad, tras años de investigación y validación de datos nos revelan algunos caminos que pueden ser utilidad en esta travesía y que aquí trataremos de explicarlos desde nuestro enfoque:

  • Less is more

No es un secreto que tendemos a incomodarnos al darnos cuenta de que hemos fallado o que hay errores en lo que hacemos, o puede existir la creencia de que el sentido de nuestra vida lo encontraremos únicamente a través del éxito profesional o económico, y por ello vamos por la vida saturados de pendientes, de cosas por hacer, de muchos compromisos, haciendo todo y nada, porque estamos en el torbellino del multitasking en exceso, sin dar pauta a hacer una cosa a la vez.

  • All we have is now

El tiempo que invertimos en lo que decidimos hacer jamás volverá, y con ello se queda todo eso que no fuimos capaces de disfrutar mientras tanto.

Enfocarnos en aquello que estamos realizando, desde la intención o el deseo de hacer las cosas, por el objetivo que buscamos alcanzar, darle un significado y comprometernos a ello perse, es una fuente de bienestar, solo por el hecho de ser los protagonistas de nuestras propias decisiones y hacernos cargo de ellas.

Pensar y aceptar que nadie es responsable de mí, es entrarle al terreno de que todo aquello que suceda o no conmigo, es “la bolita que está en mi cancha” y no en la de nadie más. Esto puede ser abrumador y más cuando estamos en la inercia de un mundo en el que ocurren una serie eventos, a veces inesperados o supuestamente desafortunados, como si únicamente bailáramos al ritmo de esa inercia, sin tener otra opción. 

  • 1, 2, 3… Lets go!

La única forma de hacer, es iniciar, cada uno a su ritmo y con los propios recursos personales con los que cuente para ello, pero si no damos el primer paso nunca sabremos qué sigue o qué se necesita para avanzar.

¡Elijamos lo que deseamos!, con esta premisa podremos encontrar el cómo, en vez de buscar el qué sin sentido, de forma agotadora y con mucha insatisfacción. Si aún no sabes lo que deseas, tampoco caigas en pánico, reconocer que estás en ese punto, se convierte en el primer paso a dar, créeme, el método Socrático, ¡si funciona!

Soñar es vivir

Tener sueños y aspiraciones es la mejor forma de mantener tu capacidad de adaptación al 100%, porque cuando te propones algo, sin darte cuenta, un switch en tu cerebro pasa del “Programa para encontrar excusas” al “Programa para encontrar soluciones”. Cuando algo te mueve, diversos mecanismos de tu cerebro se alinean para orientarte en la dirección adecuada, también se activan nuestros recursos de afrontamiento.

Por eso es importante que la próxima vez que tu cerebro diga algo como “¡Uy no! Yo nunca tendré el talento para hacer X cosa que me encanta”, detengas tu tren mental y te des la oportunidad de imaginar que si puedes. Aunque no lo hagas, aunque después cambies de parecer, aunque te equivoques. Elige dejar de ser tu propio crítico, y mejor conviértete en tu porrista número uno. Una actitud positiva no es garantía de que vas a lograr tu meta, ¡pero sí es garantía de que lo vas a pasar increíble mientras lo intentas!, en nuestro ADN se encuentra esa capacidad, para que funcione hay que usarla. 

Porque cuando lo piensas con calma, de eso se trata la vida. Nadie sabe lo que va a pasar mañana, nadie sabe si va a lograr sus metas o no; Pero cada uno puede elegir recorrer el camino hacia ellas lleno de miedo e incertidumbre, o lleno de curiosidad y aprendizaje.

Tú eliges el modo, esto muy probablemente te hará experimentar un poco de seguridad, el hecho de pensar que vale la pena intentar ir por aquello que buscas, ese momento en el que decides y que optas por la autenticidad, es donde se encuentra uno de los grandes secretos de la felicidad: El darte chance, sin juicios, dispuesto a afrontar y ponerle power en compañía del mundo que te rodea, con disfrute y enfoque, es lo que ayudará a fluir.

¡Vas!

Al final de cuentas, somos changos (o al menos sus primos cercanos), y nuestras complicadas estructuras neurológicas y sociales no son tan fáciles de actualizar como tu iPhone, pero mantener una mente abierta te puede ayudar a cambiar la voz que te dice: “¡no puedes!”, por una voz que te diga “¡Cómo carajos no!”.

Con esa voz es suficiente para poner en marcha nuestro funcionamiento emocional y cognitivo de manera óptima, y pegarle al ¡Cómo si!

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Revisó y corrigió      León Salvador – Mindfulness Copywriter

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Fuentes: 

  • Yuval Noah Harari, Sapiens: A Brief History of Humankind. 
  • Jordan B. Peterson, Norman Doidge MD – foreword, 12 Rules for Life: An Antidote to Chaos.

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